La
dexametasona pertenece a la familia de los corticoides, que tienen propiedades
antiinflamatorias, inmunosupresoras y antialérgicas.
Estos fármacos son esenciales en el manejo de patologías como el asma, obstructiva crónica, la enfermedad pulmonar, las alergias broncopulmonares, cutáneas, oculares y nasales.
La dexametasona actúa como un potente antiinflamatorio e inmunosupresor, disminuye o elimina la respuesta de los tejidos a la inflamación, sin embargo aunque reduce los síntomas asociados a este proceso no trata la causa que lo genera.
En pacientes infectados, cuando la repuesta del sistema inmune no es capaz de controlar eficazmente al coronavius, como puede suceder en personas mayores, el virus se propaga de forma más agresiva.
El fármaco desametaxona se usa en estos pacientes para detener parte del daño producido cuando el sistema inmunológico se sobreactiva en esta tormenta de citoquinas, mientras el organismo intenta luchar contra el coronavirus.
El uso de
corticoides en pacientes COVID-19 positivos ya se ha planteado en protocolos de
diferentes países, incluida España, sobre todo en pacientes adultos graves
ingresados en UCI (Unidad de Cuidados Intensivos, sin embargo,aún no se ha
estandarizado una dosis ni una pauta terapéutica concreta.