La idea de convertirse en una muñeca humana comenzó a rondar en la mente de la argentina Marcela Iglesias durante su adolescencia.
De niña, solía rellenar sus pechos y sus glúteos para asemejarse a la emblemática Barbie, pero cuando creció y comenzó a tener sus propias curvas tomó la decisión de parecerse a la muñeca.
En una entrevista, Marcela Iglesias aseguró que su madre nunca le permitió tener una Barbie, porque le preocupaba la obsesión que tenía sobre el tema.
Este no fue el caso de las amigas de estudio de Marcela, quienes jugaban con las muñecas y se divertían con los diferentes estilos de ropa con los que podían vestirlas, asegura.
Todo comenzó con la ropa. A sus 14 años usaba los tacones altos de su madre y su cabello estaba teñido de castaño claro, similar a su muñeca ideal.
Vivir en Hollywood la ayudó a conseguir los accesorios y la ropa que necesitaba; también acudió a distintos métodos para estirar su piel y para agrandar sus labios.
Las redes sociales de Marcela Iglesias están inundadas de todo tipo de comentarios, donde algunos la acusan de “falsa”.
Ella asegura que nunca se ha hecho una cirugía plástica y que no se considera una mujer “plástica”. “Si me conoces en persona verás que mi belleza es natural”, explicó.
Su esposo, Steven, también quiso parecerse a muñeco Ken, por lo que decidió someterse a un estiramiento de cuello, además de realizarse un implante de mentón e inyectarse botox.
Marcela Iglesias, quien se dedica al negocio de bienes raíces, disfruta usando peluca, lentes de contacto celeste y un maquillaje similar a la Barbie.