El rábano destaca por su alto porcentaje de agua, el mismo que logra que su cantidad de calorías sea extremadamente baja, de apenas 16 por cada 100 gramos consumidos. Asimismo, posee vitamina C, fibra y más de 20 aminoácidos importantes.
Como diurético:
El rábano es un gran aliado en lo que al desecho de toxinas indeseadas refiere, manteniendo el cuerpo hidratado, y cuidando la salud de órganos como los riñones o el hígado.
Fortalece el sistema inmunológico:
Gracias a la citada vitamina C, esta raíz es capaz de actuar como escudo de defensa del organismo, protegiéndolo frente a resfriados comunes y otras enfermedades causadas por la acción de virus o bacterias, sin olvidar las infecciosas.
Para problemas cardiovasculares:
Generoso en potasio, el rábano repercute positivamente en la presión arterial, ubicándola en márgenes aconsejables para prevenir enfermedades del corazón. Mediante sus flavonoides, trabaja como antiinflamatorio, colaborando con la circulación.
Facilita la digestión:
Las personas con inconvenientes constantes en su digestión pueden optar por esta hortaliza con confianza, ya que la combinación de agua y otros componentes propios evitan casos de estreñimiento, regularizando la flora intestinal y cómo ésta funciona.