La piel
está expuesta a un sinnúmero de agentes: el sol, la falta de hidratación, las
grasas. Pero así como hay enemigos, también hay aliados. Y el ácido salicílico
puede ser uno de los mejores socios de tu piel.
El ácido salicílico tiene amplios y reconocidos usos en el campo de la estética. En tal sentido, se considera que es beneficioso en el tratamiento del acné, las manchas en la piel y como exfoliante. El ácido salicílico se puede obtener de manera natural a partir de la corteza del sauce blanco (Salix alba) o de las hojas de otras plantas, como el abedul y la gaulteria.
Renovación celular:
Al ayudar a eliminar las células muertas del estrato córneo, trabajando desde adentro hacia afuera, este ácido coadyuva en el proceso de renovación y regeneración de las células, brindando una piel de apariencia más juvenil.
Manchas e imperfecciones en la piel:
En la medida que se renueva la piel, se eliminan también de la capa superficial las distintas marcas: manchas, lesiones, cicatrices, arrugas. De esta manera, la piel se muestra más tersa y con un tono uniforme.
Combatir el acné:
Por si fuera poco, cuando los poros están obstruidos, quedan atrapadas y se multiplican las bacterias. Si no hay células muertas ni poros obstruidos, no hay bacterias. Por eso el ácido salicílico es una de las mejores opciones en la lucha contra el acné.
Eliminación de grasas:
Cuando las glándulas sebáceas secretan en cantidad excesiva de sustancia, la piel se torna grasa. Esto puede deberse a diversos factores, desde genéticos y hormonales hasta ambientales. Sin dejar de mencionar la alimentación. Ahora bien, el ácido salicílico puede penetrar profundamente en la piel, por lo que contribuye a la eliminación del exceso de sebo. Ayuda a cuidar la piel mixta, así como la piel grasa.
Limpieza de los poros:
El sebo en
la piel, así como el exceso de células muertas, es lo que provoca la
obstrucción de los poros. Por ende, al eliminar ambas, los poros quedan más
liberados.