La presión
social se define como la influencia que proviene de otras personas y que
produce un cambio en el sistema de creencias o valores de quienes se ven
influenciados. Es decir, cambiar de opinión respecto algo solo porque una
persona o un grupo de personas ejercen presión mediante sus comportamientos
para que eso suceda.
Durante la adolescencia, es natural querer estar a la vanguardia para encajar en un grupo social. Por ello, es frecuente que los amigos y compañeros ejerzan una presión intensa en ese sentido.
Causas:
Si bien es
natural ceder ante la presión social en ciertas ocasiones, es importante
establecer las causas por las que esto ocurre, la principal causa de presión
social es el miedo. Miedo al rechazo o miedo a quedarse rezagado en la ruta
hacia lo establecido socialmente. Otras causas podrían ser las siguientes:
- Inseguridad
personal.
- Autoestima
baja
- Conflictos
con la personalidad.
Características:
- Miedo
a expresar las verdaderas opiniones (personalidad introvertida).
- Sumisión
ante las demandas de los demás (incapacidad para establecer límites).
- Necesidad
de tener cosas iguales a las de otros (consumismo).
Consejos:
Fortalecer la autoestima: Mientras más fuerte sea tu autoestima, menos probable será que acabes cediendo ante las demandas sociales.
Ser selectivo con las amistades: Al relacionarte con personas que tengan tus mismas ideas respecto a los temas importantes en tu vida estás procurando un ambiente armonioso y de pocos conflictos.
Marcar distancia: Alejarse de quienes pretenden manipular o influenciar tus decisiones siempre será la mejor respuesta. Poner distancia con algunos grupos sociales no te hace una mala persona, todo lo contrario, significa que te valoras lo suficiente para ponerte a ti mismo como una prioridad ante los demás.
Define tus principios: Tener claros cuáles son los principios importantes en la vida evitará que puedas negociarlos con facilidad.