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La manteca de karité es un producto natural que cada vez más se emplea en el mundo del cuidado corporal y de la cosmética. También es un gran regenerador celular que puede ser aplicado en cualquier parte del cuerpo. En un primer momento, su textura es como si fuera cera, pero al estar en contacto con el cuerpo se convierte en un aceite, siendo un producto muy agradable y fácil de aplicar. Además, aporta un gran número de beneficios para nuestra piel gracias a su rica composición llena de vitaminas y minerales.
Beneficios:
Tiene un gran poder de hidratación y nutrición que mejora la elasticidad de la piel, a la vez que la repara y la regenera gracias a su contenido en vitamina F. Además, es un excelente agente curativo y eficaz contra quemaduras y cicatrices
debido a sus vitaminas A,D,E y F.
Sus propiedades antiinflamatorias alivian el dolor debido a la artritis y al reumatismo. También puede actuar como descongestionante nasal si lo aplicamos en la parte inferior de las fosas nasales.
¡Ideal para el cabello! Se puede usar en el cabello para aportar un extra de hidratación y protección del sol. Con su aplicación (tanto en húmedo como mojado), nuestro pelo lucirá más brillante, suave y voluminoso.
Es un gran protector. La manteca de karité nos protege del sol y nos previene contra posibles quemaduras solares, ya que recubre la piel con una película invisible. Además, también nos protege contra el frío, es muy efectiva para evitar el frío o humedad en las manos y en los labios.
Trata los problemas de estrías, arrugas, manos o talones secos o ásperos, incluso de acné.