Es muy frecuente, en algunas circunstancias, sufrir alteraciones intestinales que dificulten lograr una evacuación adecuada. A veces puede ser debido a un desajuste en la dieta, el estrés, una alimentación baja en fibra, o en etapas de la vida como al comenzar la alimentación complementaria en los niños, en el embarazo y también durante el postparto, debido a factores fisiológicos que influyen en el funcionamiento intestinal.
Ciruelas pasas:
Son ideales para enriquecer la alimentación diaria en fibra y nutrientes. Puedes tomarlas hidratadas o sin hidratar, pero busca las que no están untadas con aceite de girasol. Toma 2 ciruelas pasas al día, remojadas o sin remojar.
Aguacate:
Es rico en hidratos de carbono en forma de fibra soluble e insoluble. La primera favorece el efecto de arrastrar y el de aumentar el volumen de las heces, y la segunda actúa como prebiótico. Además es rico en grasas saludables. Incluye en tu dieta diaria medio aguacate maduro en ensalada o cremas de verduras.
Kiwi:
Es rico en fibra soluble, que posee un efecto prebiótico, es decir, alimenta a las bacterias del intestino. También es rico en vitamina C, un nutriente muy conocido y utilizado para mejorar el tránsito intestinal. 2 kiwis al día para desayunar.
Semillas de lino:
Al ponerlas en remojo con agua sueltan sus mucílagos, que después se encargarán de limpiar y barrer los intestinos. Remoja 1 cucharada de semillas de lino en agua por la noche y tómalas por la mañana.
Aceite de oliva:
El aceite virgen extra y las grasas saludables en general lubrican el bolo fecal. Coloca abundante aceite en tus ensaladas o verduras ayuda a mejorar el tránsito intestinal. Aceite de oliva virgen extra: 4-6 cucharadas al día, de primera presión en frío.