Cada 22 de julio se conmemora el Día Mundial del Cerebro, fecha elegida por la Federación Mundial de Neurología, para crear conciencia sobre su potencial, así como también sus riesgos y enfermedades.
En las últimas décadas se han logrado avances importantes en relación la investigación y tratamiento de las enfermedades neurológicas, pero todavía queda mucho por hacer, especialmente en aquellas que provocan discapacidad y depresión.
Datos de la WFN informan que las patologías que afectan al cerebro son el 6,3% de las discapacidades en el cuerpo humano. Allí se incluyen las siguientes afecciones con datos de todo el mundo: migraña, accidente cerebrovascular, enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson, la esclerosis múltiple, enfermedad de Huntington), trastornos mentales, enfermedades infecciosas (meningitis, encefalomielitis) y enfermedades congénitas (síndrome de Down).
Mantener sano el cerebro implica no sólo prevenir la aparición de estas enfermedades, sino generar bienestar, calidad de vida y prepararnos para un envejecimiento saludable.
Ricardo Maiola, médico del Programa de Parkinson y Movimientos anormales del Hospital de Clínicas en la ciudad de Buenos Aires, detalla que: “es bien conocido que no tenemos terapias modificadoras para este tipo de enfermedades, pero hay un creciente énfasis para adoptar hábitos de vida que están asociados a una menor incidencia de la demencia”.